miércoles, 8 de diciembre de 2010

Odio que llueva los lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábados. Pero sobre todo odio que llueva los domingos. Odio que mi madre haga la comida que más odio los lunes, bastante feos son ya. Odio que me digan te quiero a las dos de la mañana un día, y que al día siguiente a las cinco de la tarde me digan no vuelvas más. Odio sentirme engañada, como todo el mundo, supongo. Odio tener exámenes los lunes. Odio la verdura. Pero en todo mal sentimiento, hay uno bueno, ¿no? Amo el buen tiempo, la playa. Amo comer chocolate y Nocilla a cucharadas. Amo a las personas que me aman, por supuesto. Amo que las cosas salgan no como yo quiero, sino como tienen que salir. Aunque de vez en cuando está bien que salgan como a mí me apetece. Amo al amor. Sí, estoy enamorada del amor. Aunque me estén demostrando que hay gente que no lo sabe apreciar. No importa. Amo esta sensación de libertad que me está invadiendo poco a poco. Sí. Creo que por fin le he dado rienda suelta a mi corazón. Ya era hora, llevaba tiempo encerrado y con una ventana que solo veía una cosa. Me lo está agradeciendo. Y mucho. De nada, corazón. Ah, y gracias a ti por hacerme sentir como una jodida mierda en su momento, porque todo tiene un después, y ahora estoy como una espléndida rosa. Acción, reacción, que se llama. 

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