No tiene nombre. Pero quizás tú puedas ponerle uno a esta chica tan especial :)

Era de las que siempre había creído en los cuentos de hadas. De hecho, a pesar de ser ya adulta, su película favorita era La Cenicienta. Sabía que era un poco niña y muy sensible. Pero eh, que también tenía su genio, como todo hijo de vecino. De hecho, un día se enfadó tanto, tanto con su hurón blanco por haberle mordido mientras jugaban, que estuvo sin dirigirle la palabra por lo menos durante dos horas. Pero eso eran casos aislados, normalmente a ella le gustaba tirarse por los toboganes del parque y columpiarse. Comer chuches, chocolate, crêpes. Había visto Ámelie mil veces y aún no se cansaba de hacerlo, siempre descubría algo nuevo. Y en su ciudad la conocían por ser extremadamente feliz. Muchos la envidiaban sanamente cuando la veían por la calle siempre sonriendo y saludando a diestro y siniestro con una sonrisa enorme. Y por bajar las cuestas dando saltitos también. Muchos la admiraban porque sabían que detrás de esa niña mayor, tenía que haber algo que hubiese hecho que no quisiera crecer. De hecho lo había. Pero nadie, salvo su hurón blanco, lo sabía.



Mañana contestaré :)