domingo, 10 de abril de 2011

Querido Yo:

No sé si haré mal en hacer esto, ni si tú querrás que lo haga. Pero la verdad es que me da igual. Nunca nos llevamos bien del todo, bueno, mejor decir que mi cabeza y tú nunca os caísteis bien. Siempre llevándoos la contra, siempre haciéndoos daño. Nunca llegasteis a conoceros bien, si lo hubieseis hecho quizás las cosas no habrían acabado así. Y tengo que hacerlo, estoy harta de hacer cosas que, o te perjudican a ti, o le perjudican a ella y al fin y al cabo me perjudican a mí. Nunca llegarás a leer esto, probablemente lo haga alguien, o no. He cerrado todo con llave, le he dicho a mi madre que he ido de viaje por mucho tiempo y no hay nadie más a quién le importe. Quizás sí, no sé. Quizás ahora mismo a la persona que está leyendo esto le importo, si es que lo está haciendo alguien. Además, cuando ella perdía, tú creías ganar, y eso nunca pasa. He comprobado que no puedo dejarme llevar por ti. Lo siento, siento hacer esto. Y lo peor de todo es que si acabo contigo, acabo conmigo. Me gustaría poder deshacerme de ti solamente y seguir viviendo, pero de momento es imposible.


Y así, sin más, ahogó su pena literalmente en la bañera llena de espuma y con un vaso de chocolate al lado.

2 comentarios:

  1. Chocolate y un baño de espuma, que buena manera de ahogar las penas... aunque mucho mejor sería no tener nada que ahogar!
    un besito!

    ResponderEliminar
  2. Me parece bien que lo haga :) mejor que romperse la cabeza jeje

    ResponderEliminar