miércoles, 19 de enero de 2011

Martes, 13 de febrero.

Martes, 13 de febrero. En la estación de Gare du Nord, en París. Ella, Clau, una chica normal, o no tan normal- altísima, rubia y con los ojos de un verde precioso- está llegando y como cada vez que se monta en el tren, ha hecho un barquito de papel con la frase "Ahora tú eres especial para alguien" para dejarlo en el asiento. Él, Joss, en la otra punta de la estación, corriendo como un loco con una mochila enorme a cuestas. No sé si por causa del destino, de la casualidad, de la torpeza de ella o de la buena suerte de él, a Clau se le cae el barquito que se le enganchó a la falda justo cuando pasa por delante de Joss. A pesar de la prisa que lleva, se para por la curiosidad que le ha despertado ese papelito, y sobre todo, para devolvérselo. Lo lee. Sonríe. Y siente algo por dentro. No sabe qué es. 
- Ey, se te ha caído esto... 
- ¿Es a mí? A ver, déjame ver... Ah no, eso es para ti, ¿ves? ahora eres especial para alguien. Lo he hecho para ti.
- ¿En serio? 
- Si ha terminado en tus manos es porque era para ti cuando lo hice.- Dice, y se marcha con un adiós de mano y una sonrisa de oreja a oreja. 
- Un... mo...mento... Vaya. 


Y se ha ido. Y si él coge ese tren quizás no, seguro no la vuelve a ver. Es importante lo que tiene que hacer, pero es más importante aún eso que se le ha movido, así que opta por seguirla. Mira de nuevo el barco, vuelve a sonreír y la busca con la mirada. Ahí está. Voy a por ella. Literalmente. 


Pd. Esto continuará en otras entradas :) 

3 comentarios:

  1. Que bueno, ya estoy deseando leer más :) yo sé a uno que le pasó eso, o más bien hizo algo de eso...

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  2. Oh que historia más bonita, me encantó :)
    un besote preciosa!

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